Una de las tradiciones mexicanas asociadas al culto del Día de muertos es la elaboración de “calaveras”, las cuales consisten en rimas enfocadas a señalar o destacar las cualidades, defectos, actitudes y costumbres de las personas, en particular, los personajes conocidos.
En esta ocasión, el compañero trabajador Leobardo García Aguilar, contribuye a la preservación de nuestras tradiciones, compartiendo con nosotros dos calaveritas de su autoría.
CATRINA
Llegó puntual a la cita
hermosa como acostumbra,
a acompañarme a mi tumba.
Dame chance otro ratito
espero que no te ofendas,
ahora estoy ocupadito
poniendo ya mis ofrendas.
Déjame poner las velas
copal, pan, comida y flores,
déjame ofrendar a las almas
Catrina de mis amores.
Eres tan bella por fuera
y tan huesuda por dentro,
que el día que yo me muera
me servirás de alimento.
La noche es bella contigo
la luna extiende su manto,
Catrina tú dime y te sigo
a tu hermoso camposanto.
¿Es serio o estamos jugando?
Catrina galana hermosa,
hoy ya estoy descansando
Muerto de risa en mi fosa.
EN EL CENTRO DE INFORMACIÓN
Llegó corriendo y sudando
al Centro de Información,
por los Libros preguntando
la Muerte con su bastón.
Vieja, triste y desolada
veía para todos lados,
y solamente encontraba
puros Libros Mutilados.
Preguntó por el sistema
lo miró con su ojo tuerto,
si encontró a ese Sistema
un Sistema pero Muerto.
La Catrina en buenos modos
les dio a todos instrucciones,
me voy a llevar a todos
para llenar mis panteones.
Ni el Sistema se salvó
ni los libros mutilados,
a todos se los llevó
ya están más que sepultados.
Así termino sus días,
El Centro de Información,
en cajas sucias y frías
ya descansa en el Panteón.